domingo, 26 de julio de 2009

Acabo de escuchar un grito de mi vieja llamando a mi viejo, me levante asustada y grite:
Yo: "¡¿Qué paso?!"
Mi vieja: ¡Se cago el televisor!
Yo: ¿Eh?
Me asome a la habitación para ver su televisor. El volumen estaba altísimo, como de costumbre, porque al perecer mi vieja esta "algo" sorda. La pantalla se veía negra con una leve linea blanca en el centro que se movía. El audio estaba perfecto. Pensé: "Por lo menos tenés nueva radio". Me tape los oídos, porque entre el volumen y la voz de mi vieja llamando a mi viejo sentía que me hiba a explotar la cabeza. Cabe destacar que ella no sabia que el fue a comprarme unas hojas casón que le pedí para dibujar. Empezó a limpiar. Traducción: esta nerviosa. Le voy a decir si quiere mi televisor. Hasta arreglar el otro. Sí, realmente estoy aburrida, pero no tanto como los vecinos que no tienen nada que hacer y van a la casa de un tipo (que tubo a la mujer encerrada golpeandola) acaparando las camaras y peleando por el microfono.

Detalle: estoy comiendo gomitas "frutigelatin", me hacen acordar a infancia. Jaja.

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