Buenos días, gente. Hoy es domingo de Pascua y pensé en poner la simple frase "¡Feliz Pascua! ¡Que la pasen bien con la familia!". Pero después, me di cuenta que no es algo muy creativo. Por lo que, busqué algún tema más interesante para que puedan leer.

En primer lugar, se me ocurrió hablar del consumismo que se ve en este tipo de festividades. Por un lado, quedas como un amargo si no tenes tu linda canasta con huevitos de Pascua. Teniendo en cuenta que siempre está el primito malcriado que pide el huevo marca Kinder de $50, por el simple hecho que quiere que le compren un chiche. Googleé de donde surge la tradición de regalar huevos. Encontré historias desde la prehistoria; una historia sobre la creencia de judaísmo que afirma que el huevo representa el corazón de un tal faraón Ramses II; una de la Edad Media donde se regalaban huevos de tortugas; una del cristianismo en Europa que afirma que se trata de un símbolo de fertilidad. Sea como fuese, ninguna habla de nuestro país, ni siquiera de América Latina. Por lo que es sólo otra costumbre incorporada del extranjero y alimentada por nuestro aprecio hacia el chocolate.

Por otro lado, noté que el 85% de las tarjetas de Pascuas tienen un conejo. ¿De dónde carajo salió ese puto conejo?, me pregunté. Al investigar, lo menos estúpido que encontré fue una leyenda que decía que el conejo había estado en el sepulcro con Jesús y que lo había visto resucitar, quiso decirle a todos que se trataba del hijo de Dios pero como no podía hablar dejó huevo, desde entonces al conejo se lo ve toda la semana santa. Sin embargo, es bastante estúpido de todas formas. Y todo se trata de creencias internacionales que dejamos que nos afecten, como sucede con el Halloween o el día de San Patricio, pronto vamos a celebrar el día de acción de gracias o la independencia de los yanquis . Hoy tiene que ser un día para recordar, y si uno es ateo, pasar un buen rato en familia lejos de todo lo comercial de nuestra época.

Ah! Y ahora si...

¡Feliz Pascua!