lunes, 24 de octubre de 2011

Necesito hacer catarsis, necesito decir esto a alguien o a algo, o simplemente necesito exteriorizar algo que tengo encapsulado en mi cabeza. Esta necesidad es sencillamente la reacción de mi dedos al rozar el teclado. Carece de sentido para quien no me conoce y, este texto, no te va a sumar nada. En realidad, me va a restar un peso a mi.
Conocer a la mujer de tu viejo es completamente normal, no obstante, la situación se complica cuando esa mujer es con quien tu viejo engañó a tu vieja durante años. No siento rencor, odio, ni nada similar hacia esa mujer. No soy una nena encaprichada con que lo esencial es cumplir con el prototipo de la familia perfecta. Mis sentimientos hacia esa mujer se acerca, mejor dicho, al respeto, distante y educado. El hecho de que no tenga hijas mujeres y que insista en hablarme de "cosas de mujeres" me incomoda, pero es sólo un detalle. Se puede decir que la conocí hace un mes y medio, aproximadamente. Fui completamente educada, correcta y accedí a verla cada vez que mi viejo me lo pedía. También conocí a sus hijos, parecen buena gente. No hay ningún problema hasta ahí. Si ella le hace bien a mi viejo y si de verdad lo quiere, no veo por qué no deberían estar juntos.
Cambian entonces las cosas cuando, justamente el día de la madre, mi vieja descubre que conocíamos a esta mujer. Nos tachó de "traidores", "mentirosos" y "falsos" y nos dijo que a partir de ahora "estamos solos". Por lo tanto, durante esta semana, me ocupé de limpiar la casa, cocinar todas las comidas, hacer las compras, lavar la ropa, etc. Simplemente cosas básicas de ama de casa, no me molesta, me molesta que a pesar de todo siga discutiendo. Sigue insistiendo en que debía tomar una decisión, que la tomé y que fue la peor decisión de mi vida. No veo la necesidad de tener que elegir, no me parece sano elegir entre conocer la vida de mi viejo, al fin y al cabo desde estos casi dos años no conozco ni dónde vive ya que vive con su novia, y hacer lo que mi vieja dice para poder convivir en paz. Mi psicóloga dijo que mi vieja se esta victimizando, que tengo derecho a conocer a la mujer de mi viejo y que debo respetar con quien esta aunque no me guste. La mujer es sí, me es indiferente, nunca la trate mal aunque no me interesa tampoco establecer una amistad. Mi psicóloga también me dijo que tiendo a asumir una "pseudo-adultez" que la situación, al mismo tiempo, me exige.
El fin de la historia, no lo se. Estoy cansada de pelear TODOS los días, de intentar evitar los conflictos quedándome callada y que siga gritando. Sólo quiero que podamos coexistir en paz, si a mis viejos les es imposible hablar sin matarse, por lo menos que puedan convivir conmigo. Quiero poder ir a la casa de mi viejo un fin de semana o volver a mi casa sin que me presionen para que cuente todo lo hablado. Cosas normales de hijos de padres separados. Estoy cansada de los abogados, de la constante lucha por quién sale mejor del divorcio, de que uno insulte al otro frente a mi. Simplemente, me agotaron.
Me gustaría guardar en una mochila un cuaderno, un lápiz, unos libros y mi mp3. Cargarme la mochila al hombro y caminar. Caminar durante días y días. Me gustaría llegar al mar, a la playa, donde pueda sentir esa ligera brilla salada. Me gustaría acostarme al sol, entre el pasto y las flores, escuchar música y pensar que el mundo tiene infinitos paraísos donde refugiarme. Siento la necesidad de terminar con la rutina. Quiero terminar con mi auto-presión en la escuela, con las tardes que desperdicio en la PC, con los martes desde las 10:00 hasta las 19:30 en el hospital. Quiero salir días de verano, disfrutar el calor, el sol y el verde, quiero tardes con mis amigas en la pileta y tomando mate, sin pensar en obligaciones, quiero pintar todos los días las dulces imágenes que me ofrece la naturaleza. Quiero poder estar segura que tengo todas las piezas de mi vida en su lugar. Necesito vacaciones en la costa con mis amigas, disfrutando el mar, la arena y una noche en la playa. Quiero irme de campamento con mis amigos. Quiero volver a vivir noches enteras en la terraza de una amiga contemplando el infinito cielo minado de estrellas. Quiero vacaciones, definitivamente, quiero vacaciones.

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